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Según datos de la OCDE, el 43% de las familias en América Latina tienen a todos sus hijos en edad laboral trabajando en empleos informales, también conocidos en España como economía sumergida. Así lo afirmó Sebastián Nieto, responsable para América Latina y el Caribe de la OCDE, durante el IX Encuentro de empresas multilatinas celebrado en Santander. Este es uno de los problemas estructurales más graves de la región, limitando su dinamismo económico y su capacidad para desarrollar todo su potencial.
Durante los tres días del encuentro, se concluyó que la región enfrenta numerosas dificultades estructurales que frenan su crecimiento y dificultan el aprovechamiento de inversiones externas. Un informe del Fondo Monetario Internacional destaca que América Latina y África subsahariana tienen los niveles más altos de informalidad, mientras que Europa y Asia Oriental presentan los más bajos. Esta informalidad representa el 35% del PIB en países de ingresos medios y bajos, afectando significativamente el crecimiento de la región, según Rafael Doménech, jefe de análisis económico de BBVA Research.
Manuel Aguilera, director general de Mapfre Economía, indicó que aproximadamente el 48% de la actividad laboral en la región pertenece a la economía sumergida, y más del 10% de la población vive por debajo del índice de pobreza. Aguilera señaló que, aunque las economías de la región están creciendo, lo hacen de manera desigual. La expansión del PIB en América Latina cerrará el año con caídas entre el 1,6% y el 1,9%, debido a problemas estructurales como la informalidad.
José Manuel González-Páramo, exasesor del BCE y del Banco de España y profesor del IESE Business School, comentó que aunque la región ha mejorado en varios indicadores estructurales, sigue enfrentando problemas de competitividad, lo que provoca pobreza, degradación, inseguridad ciudadana y regulatoria. Las empresas multilatinas enfatizaron la necesidad de seguridad jurídica para asegurar que los inversores obtengan sus recompensas en la región.
Marisol de Francisco, experta en América Latina del Banco Santander, destacó la resiliencia de las economías latinoamericanas, que mostraron un crecimiento del 2% en 2023 a pesar de las adversidades geopolíticas. Los bancos centrales de la región han manejado bien la inflación mediante políticas económicas estrictas y aumentos en las tasas de interés. Miguel Aguilera señaló que la inflación regional promedio es del 3,5%, según la OCDE, aunque advirtió sobre la cautela necesaria al reducir las tasas de interés.
Brasil y México han sido los principales motores de la región, mientras que Argentina enfrenta un grave problema de inflación y se espera que cierre el año con una recesión del 3%. Se proyecta que Brasil crecerá un 2,2% en 2024 gracias a la consolidación fiscal, y que México aumentará un 2,4% este año impulsado por una expansión fiscal.
El encuentro de expertos y empresas multilatinas en Santander concluyó que es crucial avanzar en la implementación de medidas de seguridad jurídica, mejorar la seguridad ciudadana y aumentar las políticas de desarrollo basadas en el capital humano y la formación de talento. También se destacó la importancia de atraer empresas latinoamericanas a Europa y fomentar la presencia de empresas españolas en la región.
La atracción de talento latinoamericano es esencial para las empresas españolas en la región, y se subrayó la necesidad de desarrollar programas de desarrollo bancario que respondan a las necesidades locales y busquen soluciones a los problemas estructurales.
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